Defiendo un arte que se constituye sin tener ni idea de lo que es el arte, un arte al que se le da la oportunidad de partir de cero.
Claes Oldenburg
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Espacio de crítica, análisis y reflexión ante la vida contemporánea, todas las manifestaciones.
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EDITORIAL
Chorreaba agua desde la frente hasta la punta del dedo gordo, en un
santiamén me tomó por sorpresa la pesada lluvia, me sentía hormiga debajo
del grifo inclemente, bajo mi brazo como roca detrás de la cascada se
escurrían las letras de José Emilio, llevaba minutos de estar bajo la
marquesina de un edificio de oficinas, unos salían corriendo, otros ni
siquiera lo intentaban y optaban por regresar.
Un relámpago segó mi vista, por un instante pensé en el tiempo que llevaba
esperando, el cielo se oscureció pintando chispas color morado, era tarde y
aún no podía moverme de ahí.
Así que ordene mis ideas. Sobre la mesa fotos, textos, poemas, cuentos,
ilustraciones, todo giraba en torno de Chaac, que sabiéndose congratulado
me hacia el favor de sentir su presencia inclemente.
Y seguía en el mismo lugar.
La lluvia no cesaba, el viento soplaba formando una cortina de agua y estas
letras que no se pegan.
Medité en la cantidad de historias que se gestan, mientras llueve, los carros
salpicando agua que se pega a los muros, el chapotear de zapatos en charcos
de cuentos, sentir la lluvia sobre el cuerpo, mirar el ir y venir de las
personas ansiosas por llegar, o simplemente oírla, dibujando sobre el cristal
donde estampamos nuestra pasión por las letras, en un grato esfuerzo por
llevar a tus manos este mundo de poesía enmarcada con imágenes en donde
te invitamos a soñar e imaginar, en este tu espacio.
Y así mientras llueve seguimos creando con el gusto de empaparte con
texturas finas de bosques, nubes negras, latas vacías que llenamos con el
recuerdo de viejas ilustraciones marco de nuestra inspiración.
santiamén me tomó por sorpresa la pesada lluvia, me sentía hormiga debajo
del grifo inclemente, bajo mi brazo como roca detrás de la cascada se
escurrían las letras de José Emilio, llevaba minutos de estar bajo la
marquesina de un edificio de oficinas, unos salían corriendo, otros ni
siquiera lo intentaban y optaban por regresar.
Un relámpago segó mi vista, por un instante pensé en el tiempo que llevaba
esperando, el cielo se oscureció pintando chispas color morado, era tarde y
aún no podía moverme de ahí.
Así que ordene mis ideas. Sobre la mesa fotos, textos, poemas, cuentos,
ilustraciones, todo giraba en torno de Chaac, que sabiéndose congratulado
me hacia el favor de sentir su presencia inclemente.
Y seguía en el mismo lugar.
La lluvia no cesaba, el viento soplaba formando una cortina de agua y estas
letras que no se pegan.
Medité en la cantidad de historias que se gestan, mientras llueve, los carros
salpicando agua que se pega a los muros, el chapotear de zapatos en charcos
de cuentos, sentir la lluvia sobre el cuerpo, mirar el ir y venir de las
personas ansiosas por llegar, o simplemente oírla, dibujando sobre el cristal
donde estampamos nuestra pasión por las letras, en un grato esfuerzo por
llevar a tus manos este mundo de poesía enmarcada con imágenes en donde
te invitamos a soñar e imaginar, en este tu espacio.
Y así mientras llueve seguimos creando con el gusto de empaparte con
texturas finas de bosques, nubes negras, latas vacías que llenamos con el
recuerdo de viejas ilustraciones marco de nuestra inspiración.
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